La sombra de la xenofobia y el odio hacia la inmigración planean sobre parte de Alemania desde el pasado domingo.
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En esta ocasión se trata de Chemnitz, en el este del país, una ciudad considerada bastión de los extremistas de derecha y neonazis.
Por segundo día consecutivo, miembros de extrema derecha se reunieron este lunes en el centro de la ciudad después de que un ciudadano sirio y otro iraquí fueran detenidos como sospechosos de haber asesinado el domingo a un hombre alemán.
Al mismo tiempo, activistas antinazis se congregaron a pocos metros de distancia, acusando a la extrema derecha de utilizar esta muerte para fines políticos.
Las protestas enfrentadas terminaron con varias personas heridas después de que se comenzaran a lanzar objetos desde ambos lados, dijo la policía.
La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió que no se tolerarían las acciones de "justicieros" al margen de la ley.