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El Gran Hedor: la ola de calor que tornó a Londres en una alcantarilla pestilente (pero dejó una valiosa herencia)

Moscas… enfermedad… ¡pánico! En el verano de 1858, la temperatura en Londres subió hasta pasar los 30º. Eso es normal en numerosas partes del mundo, pero la capital del Imperio británico de mediados del siglo XIX no estaba preparada para lidiar con las consecuencias.

"Una ola de calor bate récords en Europa"; "El julio más caliente en 260 años"; "Una montaña se está derritiendo en Suecia"; "Le ponen zapatos a los perros en Suiza"….

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Las altas temperaturas han sido noticia durante este verano austral, pues han superado los 40ºC en varios países mediterráneos y se han mantenido elevadas durante más tiempo del acostumbrado.

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En los países que no tienen el verano asegurado -como Reino Unido, donde un famoso cómico advertía que si una va a al cine una tarde corre el peligro de perdérselo- la salida del sol por lo general va acompañada en un inicio de mucha alegría.

Pero, poco a poco, esta alegría se va atenuando, pues inevitablemente al cabo de unos días los inconvenientes del calor se evidencian.

Aunque nada se compara con lo que sucedió en Londres en el verano de 1858, cuando las temperaturas subieron a más de 30ºC y se mantuvieron así durante varias semanas.

  1. ¿Cuál ha sido la temperatura más alta jamás registrada en la Tierra?

No tanto la temperatura sino la infraestructura

Para ese entonces no había aire acondicionado ni refrigeración, por lo que era realmente difícil mantener los alimentos frescos.

Y tampoco había un sistema de alcantarillado adecuado, señala Beverley Cook, curadora del Museo de Londres.

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