El presentador de la BBC Lewis Vaughan Jones no se alarmó cuando hace unos meses dejó de oír en su lado izquierdo a raíz de un resfriado.
Pensó que era parte del "embotellamiento" de su resfrío, que sería algo temporal y que desaparecería igual que había llegado, pasado su malestar general.
Lo consultó con dos doctores, que tampoco lo alarmaron ni lo investigaron más y se fue a casa.
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Pero este británico de 36 años, que nunca había tenido ningún problema de oído, se quedó "en shock" cuando al poco tiempo volvió al hospital y le dijeron que su pérdida casi total de audición era permanente e irrecuperable.
No había nada que hacer.
Según le explicó Jones a la propia BBC, los médicos le dijeron que no solo su tímpano había dejado de trabajar a causa de la infección, sino que además su nervio auditivo, que conecta el oído con el cerebro, "se había rendido".
Lo que sufrió el presentador fue una sordera súbita, cuyo nombre técnico es hipoacusia neurosensorial súbita.