Paul McGowan siguió el ritual que ha mantenido a lo largo de su carrera antes de saltar a la cancha el pasado fin de semana en el inicio de la Liga Premier de Escocia.
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Sin embargo, hubo una pequeña gran diferencia: un voluptuoso anillo que sobresalía alrededor de su tobillo izquierdo.
Se trata de un dispositivo de rastreo que le fue impuesto el mes pasado tras librarse de prisión por atacar al portero de una discoteca, a quien escupió en horas de la madrugada después de una larga noche de fiesta.
Al jugador de 30 años no le quedó otra alternativa que colocar un poco más arriba de lo habitual la canillera, deslizar sus medias por encima y salir a jugar con su equipo, el Dundee, club en el que juega desde 2014 y que defiende esta temporada tras renovar en marzo por otros 12 meses.
McGowan, que jugó 87 minutos con el dispositivo antes de ser sustituido, no pudo evitar la derrota de su equipo 2-1 ante St. Mirren.
Jugador con antecedentes
El dispositivo de rastreo fue solo una de las condiciones que le fueron impuestas a McGowan para evitar su ingreso en prisión, sentencia que recibió críticas en Escocia por el historial del jugador.
Cada paso del futbolista será monitoreado durante dos meses a través del dispositivo, tiempo en el que también deberá permanecer en su casa entre las siete de la noche y la siete de la mañana los viernes, sábados y domingos.
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Asimismo, estará bajo libertad condicional durante un año, cumplir 200 horas de servicio comunitario y pagar unos US$300 de compensación a las víctimas.
«A diferencia de muchas de las personas que aparecen en estas cortes usted es alguien que goza de un particular talento y habilidad, una ventaja en la vida», expresó el juez de primera instancia, John Rafferty, al emitir su sentencia el mes pasado.
«No obstante, usted ha tenido que presentarse ante tribunales criminales en numerosas ocasiones desde 2010», siguió.
«Muchas de ellas fueron por crímenes violentos y usted ha gozado previamente de la ventaja de las opciones comunitarias».
«El tribunal tiene que imponer una sentencia que persuada a otros de un comportamiento de esa naturaleza».
«Obviamente ese elemento de disuasión sería una sentencia bajo custodia», consideró el juez.
«Sin embargo, estoy convencido de que debe haber una alternativa en este caso», concluyó.
Muchos sugirieron que el hecho de ser futbolista contribuyó a que el castigo no fuera mayor teniendo en cuenta que se trata de la quinta vez que tiene que cumplir una condena.
La mayoría por comportarse de manera amenazante y abusiva, pero también hay dos en los que atacó a agentes de la policía.
El próximo partido del Dundee será este sábado 11 de agosto contra Aberdeen.
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