"¡Es mi mujer! ¡Es mi mujer!", exclama desesperado un hombre que intenta entrar en un apartamento en Carolina del Norte, Estados Unidos.
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La escena de la que hablamos corresponde a un video que se ha difundido en EE.UU. tras conocerse la noticia de que su protagonista, Keith King, recibirá una indemnización de casi US$9 millones de parte del amante de su esposa por daños y perjuicios.
El fallo del juez Orlando Hudson ha sorprendido a muchos, pero tiene su base en la anticuada Ley de alienación del afecto que sigue vigente en Carolina del Norte y otros cinco estados del país.
Pese a la cuantiosa compensación, King no está feliz.
Dice que esto es "una victoria vacía" porque lo que quiere es recuperar su vida pasada junto a Danielle, con la que tiene una niña de 5 años.
Un romance que salió caro
Keith King, de 48 años, tiene una empresa de espectáculos de bicicletas BMX en la que también trabajaba su ahora exmujer.
En agosto de 2015, el matrimonio participó en un evento en Nueva York donde Danielle King conoció a Francisco Huizar. Poco después iniciaron una relación amorosa.
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Hablaban a menudo, se veían cuando podían y, según los documentos del tribunal, Huizar llegó a alquilar una habitación cerca de la casa de la pareja en Durham, Carolina del Norte.
King declaró que supo del affaire prácticamente desde el principio, cuando se dio cuenta de que su mujer recibía numerosas llamadas de un mismo número de teléfono que él no conocía.
Desconfiado, King respondió una de esas llamadas y le dijo a Huizar que Danielle estaba casada y que no se volviera a poner en contacto con ella jamás.
Pero el romance continuó y se prolongó durante 18 meses, hasta enero de 2017.
Confrontación del esposo
Danielle King terminó por irse de casa y alquiló un apartamento cuyo contrato puso también a nombre de Huizar.
La mujer llamó un día a su exesposo para pedirle ayuda con unos problemas domésticos y el hombre entró en cólera al darse cuenta de que Huizar vivía con ella.
Las imágenes de video muestran a King gritando y preguntándole si va a elegir a su amante por encima de él, mientras Huizar intenta contenerle sujetándole por el cuello.
De fondo se oye la voz de la mujer lamentándose y diciendo que no quiere que las cosas sean así.
La confrontación terminó por resultarle beneficiosa a King.
Su defensa alegó que la llamada de Danielle fue parte de un montaje para poder acusar a su exmarido de malos tratos.
Los abogados de Huizar argumentaron que el hombre solo intentaba "proteger a su aterrorizada novia de su marido" pero, al seguir casado con ella, King tenía la ventaja legal.
Elevada indemnización
El pasado 26 de julio, el juez del Tribunal Superior Orlando Hudson le concedió a King US$2 millones como compensación y US$6,8 millones por daños y perjuicios.
En su resolución, el juez halló a Huizar culpable de "conversación criminal [una forma anticuada de referirse al adulterio], alienación del afecto, infligir angustia emocional intencionadamente, infligir angustia emocional de forma negligente, asalto y agresión".
Al concluir el juicio, Hudson calificó el proceso como "un caso de libro sobre cómo no terminar un matrimonio en Carolina del Norte".
Alienación del afecto
La ley que sirvió de base para que la demanda de King prosperara proviene del derecho común inglés de los siglos XVIII y XIX, cuando prácticamente se consideraba a la esposa "un bien inmueble del marido".