Irán, Israel y Arabia Saudita casi siempre se encuentran en aceras contrarias en las disputas internacionales.
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Estas tres potencias regionales de Medio Oriente llevan décadas viéndose con suspicacia y encono.
Sus relaciones oscilan entre difíciles e inexistentes. De hecho, Arabia Saudita e Irán no tienen relaciones diplomáticas con Israel y mantienen una abierta rivalidad entre sí.
Teherán y Riad chocan a través de sus aliados en Siria, Yemen e incluso en la pelea por el poder entre Hamas y Al Fatah en Palestina, pese a lo cual ambos cuestionan a Tel Aviv en lo relativo a este último conflicto.
Al mismo tiempo, Israel y Arabia Saudita se sienten amenazados por la posibilidad de que Irán obtenga un arma nuclear y rechazan que expanda su influencia en la región. Ambos son grandes aliados de Washington, la némesis de Teherán.