Nuestra alegría por sentir que cae agua del cielo después de un largo período de clima seco contribuye a que la lluvia nos huela tan bien.
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Pero, en realidad, también hay algo de química involucrada en ese efecto.
Bacterias, plantas e incluso rayos pueden tener que ver en ese agradable olor a aire limpio y tierra húmeda que experimentamos después de una tormenta eléctrica.
Conocido como petricor, este aroma ha sido perseguido por científicos e incluso perfumistas por su gran atractivo.
Tierra húmeda
Bautizado por dos investigadores australianos en la década de 1960, esta fragancia cálida y terrenal que experimentamos cuando la lluvia golpea el suelo seco es producida por bacterias.