Finalmente Goldie Sayers va a poder recibir la medalla de bronce olímpica que le corresponde, la que debió colgarse en el cuello ocupando su lugar en el podio durante las Olimpiadas de Pekín 2008.
Aquel día Sayers hizo todo lo que pudo con el mejor lanzamiento de su carrera, pero quedó en cuarto lugar a centímetros del tercer puesto por detrás de checa Barbora Spotakova, la rusa Mariya Abakumova y la alemana Christina Obergfoll.