Es posible que alguna vez te hayas preguntado si la relación con tu celular ya llegó demasiado lejos.
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Tal vez te haya sucedido cuando, al despertar por la mañana, estuviste un buen rato en la cama comprobando las notificaciones y navegando por internet antes de levantarte.
O puede que fuera cuando tu pareja o tus amigos te recriminaron lo poco pendiente que estás de las conversaciones cada vez que salís a cenar y lo mucho que centras tu atención en la pantalla del aparato.
A Catherine Price, una periodista estadounidense, le pasó hace unos tres años mientras amamantaba a su hija recién nacida.
"Fue una noche en que me di cuenta de que ella me estaba mirando a mí…y yo estaba mirando mi teléfono", le cuenta a la BBC.
"Eso fue muy traumático para mí y me di cuenta de que no era el tipo de relación que yo quería tener con otros seres humanos, y sobre todo con mi hija".
"Y esa fue la primera vez que pensé que algo no iba bien".
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Price dice que sabe que no es la única: "Miren a su alrededor, todo el mundo está con el teléfono todo el tiempo. No era sólo yo quien tenía un problema".
Los datos indican que el uso abusivo de los celulares nos aísla cada vez más de los demás, pese a que cada vez hablemos más con otras personas (de manera virtual).
De acuerdo con datos de Moment, una aplicación con casi cinco millones de usuarios que permite saber la cantidad de horas que pasamos a diario usando el móvil, la persona promedio pasa cuatro horas al día interactuando con su teléfono.