¿Qué ocurre cuando entras a una habitación a oscuras y hay una vela encendida? Te percatas enseguida de la llama prendida, ¿verdad? Y si esa estancia está completamente iluminada, ¿cuánto puedes tardar en darte cuenta de que hay una vela alumbrando?
PUBLICIDAD
Casi con toda probabilidad mucho más que cuando apenas hay una fuente de luz.
Ocurre lo mismo con el peso. Una persona puede distinguir perfectamente la diferencia de una pesa de 100 gramos de una de 120 pero no tan fácilmente la de una de 200 gramos de una de 220. Son 20 gramos de diferencia en los dos casos, sí, pero nuestra percepción se ve alterada por la Ley de Weber.
Un algoritmo
Y es que fue Ernst Heinrich Weber, un aclamado médico alemán de finales del siglo XIX que desarrolló una importante labor en los campos de la fisiología y la psicología, el primero en darse cuenta de esto y traducir este fenómeno en una ecuación o algoritmo.
La fórmula la mejoró un psicólogo coetáneo, también alemán, llamado Gustav Theodor Fechner, así que la ley realmente podría llamarse Weber-Fechner pero es más conocida por el nombre del primero.