El sultán de Yogyakarta tiene una poderosa posición política y espiritual en la isla indonesia de Java. Pero su deseo de que su hija mayor sea su heredera causa polémica.
PUBLICIDAD
"De generación en generación, el sultán que reina sobre Yogyakarta parece adaptarse a los cambios", dice Wedono Bimo Guritno, uno de los cerca de 1.500 ‘abdi dalam’, miembros de la corte real, mientras me recibe en el palacio.
"En el pasado no era difícil elegir un príncipe porque el sultán tenía más de una esposa", afirma mientras transitamos un laberinto de patios con árboles que rodean el Kraton Kilen, la residencia privada del sultán.
"Pero siempre fueron las mujeres las que tuvieron el verdadero poder en los hogares de Java", dice Bimo con una sonrisa.