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“Los niños están aterrorizados”: la polémica en EE.UU. por la decisión del gobierno de Trump de separar a los inmigrantes indocumentados de sus hijos

Las autoridades de Estados Unidos apartan a los menores de los adultos a su cargo que entran ilegalmente en el país. Los activistas denuncian que a los padres no se les informa del paradero de sus hijos en una medida que castiga a las mujeres que huyen con sus niños de la violencia en Centroamérica.

"Los niños piden a gritos que no se les separe de sus padres y, aún así, eso es lo que el gobierno de Estados Unidos está haciendo".

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Así describe Lee Gelernt, abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) una escena que, según las denuncias de activistas como él, se repite en la frontera de Estados Unidos con México.

"Los menores, sobre todo los más pequeños, están aterrorizados. Es mera crueldad", señala.

Como parte de su esfuerzo por combatir la inmigración irregular, objetivo prioritario del presidente Donald Trump, las autoridades estadounidenses han empezado a separar a los menores de sus padres inmigrantes si los interceptan sin permiso para estar en el país.

El fiscal general estadounidense, Jeff Sessions, lo explicó en una reciente visita a Scottsdale, en el estado fronterizo de Arizona.

"Si están metiendo un niño sin permiso, les vamos a perseguir, y ese niño se separará de ustedes", advirtió a los inmigrantes.

Eso es lo que han estado haciendo los agentes de la Patrulla Fronteriza y la Fuerza de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).

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El gobierno federal sostiene que los grupos organizados de traficantes de personas se están aprovechando de las lagunas en las leyes estadounidenses para mantener su negocio y denuncia lo que califica como política de "fronteras abiertas" heredada de la era Obama.

"Tenemos una crisis en curso en nuestras fronteras y vemos que el número de personas que intentan entrar ilegalmente se ha triplicado respecto al año pasado", dijo Jonathan Hoffman, alto cargo del Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés).

"El DHS ha mantenido la política del gobierno anterior de separar a los menores extranjeros de los adultos a su cargo cuando estén sujetos a persecución criminal", añadió.

Entrar ilegalmente en territorio estadounidense es un delito castigado con entre seis meses y dos años de cárcel.

"Algo devastador"

En conversación con BBC News Mundo, Gelernt sostuvo una posición diferente a la del funcionario: "Este gobierno es el primero en aplicar sistemáticamente la política de separar a los niños de sus padres".

"Es algo devastador para ellos, sobre todo para los más pequeños".

Mientras los mayores son recluidos en centros de detención, los menores son enviados a centros tutelares o entregados a adultos que se responsabilizan de ellos temporalmente.

El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, advirtió a quienes crucen ilegalmente la frontera que se les perseguirá y se les separará de sus hijos.

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