Irlanda acabó con lo que muchos consideran uno de sus "últimos tabús".
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Los irlandeses votaron mayoritariamente en un referéndum celebrado el viernes a favor de acabar con una de las leyes sobre el aborto más restrictivas de Europa, que únicamente permite esta práctica en caso de riesgo para la vida de la madre, pero no en casos de violación, incesto o anomalías fetales fatales.
El 66% de los electores votó a favor de anular la parte de la Constitución, conocida como la Octava Enmienda, que establece que un no nacido tiene el mismo derecho a la vida que una mujer embarazada.
El referendo fue el resultado de un debate de décadas sobre el aborto en la República de Irlanda y fue la sexta votación en el país sobre el tema.
Largo debate
A los participantes en el referéndum del viernes se les preguntó si querían derogar o conservar la controvertida Octava Enmienda, introducida después de un referéndum en 1983.