Tomar una cerveza caliente puede llegar a ser una experiencia repulsiva. Los ácidos del lúpulo se descomponen con la luz, afectando a su sabor y haciendo que sea desagradable.
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Un refresco caliente puede tornarse demasiado dulce, y un café helado pierde todo su sentido si no se toma a la temperatura adecuada.
Pero, ¿qué hacer si uno no tiene una nevera a mano o hielo para enfriar el producto?
La empresa californiana The Joseph Company, especializada en tecnología y alimentación, acaba de lanzar un sistema con el que pretende solucionar el problema: "la primera lata del mundo que se enfría sola", asegura en su sitio web.
Se trata de una iniciativa que ha logrado un reconocimiento especial de la NASA (la agencia espacial de EE.UU.), un premio de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por su sigla en inglés), y otro del ejército estadounidense.
La compañía estadounidense asegura que lleva dos décadas desarrollando y perfeccionando la tecnología detrás de las latas que se enfrían solas -a la que ha llamado "MicroCool"– y que el sector de las bebidas llevaba 70 años intentando crear.