Volar en un helicóptero de la policía sobre Ciudad Nezahualcóyotl da una idea de los enormes retos que enfrentan sus habitantes día a día.
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Erigido sobre lo que era el gran lago de Texcoco, este suburbio de Ciudad de México se extiende como un gran mosaico de viviendas con pobladores de ingresos medios y bajos que suman más de un millón de personas.
Ciudad Neza, como se la conoce comúnmente, es el lugar más densamente poblado de México: en promedio hay más de 16.000 personas por cada kilómetro cuadrado en esta urbe.
Y a lo largo de sus pocas décadas de historia, las redes criminales se han ido estableciendo, a menudo con la complicidad de la policía local.
Las autoridades insisten en que eso ha cambiado, que la fuerza policial ha sido purgada y que la corrupción está siendo eliminada, instaurando un sentido de deber cívico en su lugar.
Un hombre a quien le atribuyen el cambio de mentalidad se llama Jorge Amador, un exprofesor de sociología que se convirtió en el jefe de la policía.
"Creo que hemos roto con la forma tradicional de pensar en la policía de aquí", dice con una extraña muestra de orgullo.
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"Desafortunadamente, con demasiada frecuencia en nuestro país los jefes de policía y los políticos han visto la seguridad no como un servicio público, sino como un negocio, como una forma de ganar dinero", señala.