Cuando planeamos un viaje muchos nos aseguramos de empacar alcohol en gel y agua mineral y evitamos a toda costa beber el agua de la canilla del lugar al que vamos.
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Algunos incluso se rehúsan a aceptar hielo, por si también está hecho con agua del grifo.
Todo esto lo hacemos para evitar uno de los principales males de viajar: la diarrea.
Sin embargo, son pocos los que toman medidas para evitar otro malestar digestivo que es la cara opuesta de este problema y que también suele afectar a quien está lejos de su casa: la constipación.
Si tu mismo sufriste este problema en carne propia durante un viaje no estás solo.
Una encuesta realizada a más de mil estadounidenses por la empresa de investigación de mercados Allium Research and Analytics reveló que el 48% había sufrido de estreñimiento durante un viaje.
Las causas
Parte del motivo por el cual pocos tomamos medidas preventivas es que desconocemos el origen del problema.
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Por ejemplo, ¿sabías que tu intestino es un animal de costumbre?