"Debacle", "ridículo", "caída de un imperio". La prensa en España no ha tenido ningún tipo de condescendencia con el Barcelona tras su humillante eliminación frente a la Roma en los cuartos de final de la Champions League.
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El consenso general es que el conjunto catalán recibió lo que se merecía tras haber jugado uno de los peores partidos que se le recuerdan de su historia reciente.
El mérito fue de la Roma, que tras el 1-4 de la ida se impuso 3-0 en casa, y de su técnico Eusebio Di Francesco, convencidos de que era posible remontar la derrota de la semana pasada en el Camp Nou, salieron desde el primer minuto a buscar el histórico resultado.