El fichaje del francés Paul Pogba por el Manchester United en 2016 fue la pista de que el mercado de transferencias del fútbol estaba perdiendo cualquier tipo de cordura.
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Procedente de la Juventus, muchos se rascaron la cabeza para tratar de justificar como un mediocampista que ni siquiera era considerado el mejor jugador de su equipo se convirtió de la noche a la mañana en el futbolista más caro del mundo.
El traspaso por US$130 millones superó los US$123 millones pagados por el Real Madrid al Tottenham en el fichaje del galés Gareth Bale en 2013, cifra que escapaba de cualquier lógica deportiva, más allá de su impacto mediático.
Una muestra es que Pogba es el único jugador que no posee un corte claramente ofensivo que aparece en la lista que establece la evolución de los fichajes récords de la historia elaborada por el sitio especializado Transfermarkt.
Fue un récord que duró tan sólo doce meses, relegado por el estratosférico fichaje de Neymar al PSG por US$260 millones, cifra que, pese a lo exorbitante de su monto, sobre el papel tuvo una base más lógica que lo que costó en su momento el francés.
A fin de cuentas Neymar es uno de los jugadores más desequilibrantes del fútbol, capitán y figura de la selección brasileña y quien a sus 26 años llegaba a la capital francesa en la plenitud de su carrera.
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De allí que su salida tuviera un efecto dominó en el Barcelona.
Con efectivo en sus arcas, el club catalán no escatimó esfuerzo para llenar el vacío dejado por el brasileño y gastó US$130 millones por el francés Ousmane Dembélé (puede subir otros US$50 millones en variables) del Borussia Dortmund.
Desembolso que remató con el fichaje del brasileño Philippe Coutinho del Liverpool por US$147 millones (también con variables que pueden alcanzar los US$50 millones).
El monto total de los cinco traspasos mencionados, los más caros de la historia, asciende a US$790 millones, dinero que resulta difícil justificar dada la relación rendimiento-valor de cada uno de ellos.
Incluso se podría hablar, por ahora, de cinco de los más grandes fiascos del fútbol, y eso sin incluir en la ecuación a Kylian Mbappé, la sensación del fútbol francés que llegó al PSG este año cedido por el Mónaco, pero que que oficialmente se convertirá en el segundo jugador más caro de la historia la próxima temporada cuando se haga efectivo el acuerdo de compra por US$185 millones.
En BBC Mundo analizamos por qué todavía ninguno ha cumplido con las expectativas de sus traspasos.
NEYMAR – US$260 millones
Desde que el brasileño aterrizó en el Parque de los Príncipes de París no ha pasado un día en el que no haya sido noticia.
Formó un tridente de temer junto a Kylian Mbappé y el uruguayo Edinson Cavani, guiando al PSG a batir el récord de goles en la fase de grupos de la Champions League y pasearse hacia el título en la Ligue 1 francesa.
Pero es irremediable que su evaluación se base en la eliminación del conjunto parisino ante el Real Madrid en los octavos de final de la Liga de Campeones, el gran objetivo de la temporada.
No pudo evitar en el campo la derrota sufrida en el Santiago Bernabéu y estuvo ausente del partido de vuelta por la fractura que sufrió en el quinto metatarsiano de su pie derecho.
Puede que su rendimiento haya estado a la altura de lo que se esperaba, con 28 goles en 30 partidos y asistencias de todos los colores a sus compañeros, pero no así los continuos incidentes que ha protagonizado a lo largo del año.
La disputa por el penalti con Cavani, su expulsión en Marsella, su burla a un jugador del Rennes que indignó a Francia y el supuesto coqueteo con el Real Madrid y el Barcelona por un posible regreso al fútbol español.
PHILIPPE COUTINHO – US$147 millones (más US$50 millones en variables)
Está claro que calificar de fiasco a Coutinho es algo exagerado, dado el poco tiempo que tiene en el Barcelona, pero hasta ahora no hay ningún indicio que justifique el precio que se pagó por él.
En total ha disputado diez partidos, cinco desde el inicio y cinco como sustituto, ha anotado dos goles y ha dado una asistencia, números nada cuestionables dado que se encuentra en un proceso de adaptación.
Pero es la poca incidencia que ha tenido en el juego del equipo cuando ha estado en el campo lo que llama la atención.
De ser uno de los líderes en el Liverpool, Coutinho ha pasado a ser uno más en la jerarquía del Barcelona y todavía está lejos de influir como lo hace el jugador al que supuestamente reemplazará en un futuro, Andrés Iniesta.
OUSMANE DEMBÉLÉ – US$130 millones (más US$50 millones en variables)
Pese a haber llegado cinco meses antes que su compañero, Dembélé ha disputado la misma cantidad de partidos que Coutinho debido a la grave lesión que sufrió y que lo ha tenido alejado de las canchas.
Todavía no ha podido estrenar su cuenta goleadora, aunque sí ha podido dar tres asistencias.
Está claro que su evolución quedó condicionada por su lesión, pero ni antes ni una vez recuperado Dembélé ha podido demostrar la velocidad, los regates y capacidad de desborde que mostró por su paso en el Borussia Dortmund alemán.
Con 20 años sigue siendo una apuesta a futuro, pero debe comenzar a justificar su precio lo antes posible sino quiere caer en la lista negra del aficionado culé.
PAUL POGBA – US$130 millones
El regreso del mediocampista francés a Old Trafford estuvo adornado por una gigantesca campaña mediática dado el precio que se pagó por él.
Y nadie puede negar que durante su año y medio de diablo rojo Pogba ha exhibido parte del potencial que se cree posee como jugador, el problema es que muchos consideran que no ha sido con la suficiente regularidad y que su influencia en el equipo ha ido disminuyendo con el paso del tiempo.
Los analistas en Inglaterra resaltan las dificultades que está teniendo el técnico José Mourinho para encontrarle un lugar en el campo, en especial desde la llegada del chileno Alexis Sánchez al equipo.
Con Sánchez, Pogba ha tenido que retrasar mucho su posición hasta una demarcación que no parece ser la más adecuada a sus características.
Lejos del área rival, sus participación en el juego ofensivo ha disminuido considerablemente hasta el punto que antes de la llegada el chileno, el 22 de enero, había marcado tres goles y dado 10 asistencias, además de crear 38 oportunidades de gol.
Desde entonces no ha visto puerta en seis partidos, no ha dado ninguna asistencia y sólo ha creado una chance.
Puede que sea cuestión de tiempo que su conexión con Sánchez y con el resto del equipo haga clic, pero por ahora sus números no justifican la enorme inversión que se pagó por él.
GARETH BALE – US$123 millones
Puede que nunca se sepa el preció real que pagó el Real Madrid por el galés, dada las tres versiones que han surgido desde se llegada a la capital española, pero optamos por tomar como válido el monto aparecido en los documentos filtrados por el sitio Football Leaks en enero de 2016.
Allí queda claro que el Madrid pagó más por Bale que lo que hizo en 2009 por Cristiano Ronaldo, alguien que ha justificado cada centavo de lo que costó.
Pero el caso del delantero galés ha sido diferente, cuestionado constantemente por una parte de la afición y centro de especulaciones desde su fichaje por el Madrid en 2013.
Tuvo una primera temporada de ensueño al anotar el gol de la victoria en la final de la Copa del Rey contra el Barcelona y el tanto que desniveló el marcador en favor del Madrid en el tiempo suplementario de la final de la Liga de Campeones contra el Atlético.
Después su influencia en el equipo ha ido decayendo debido a las lesiones pese a sumar otras dos Champions y la liga el año pasado.
El ascenso de jugadores como Isco, Lucas Vázquez y Marco Asensio lo han ido relegando a un segundo plano, y en España se cree que podría salir del equipo a final de temporada pese a que cuenta con el respaldo del técnico Zinedine Zidane.
Su aventura de blanco no se puede calificar de fracaso, ni de fiasco, aunque por el precio de su traspaso tampoco se puede decir que ha sido del todo exitosa.
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