Perder al hijo que esperabas es duro.
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Que te culpen por ello y te metan en la cárcel, más.
Eso es lo que la salvadoreña Teodora Vásquez asegura que hicieron con ella las autoridades de su país cuando solo tenía 24 años.
Vásquez salió el pasado jueves de la cárcel después de una década presa por un aborto del que ella siempre dijo que fue espontáneo y no provocado.
Después de años de recursos en los tribunales y de reivindicación en las calles alentada por Amnistía Internacional y otras organizaciones que la apoyan, su caso se ha convertido en un ejemplo de la lucha por los derechos de los mujeres en un país que tiene uno de los marcos legales sobre el aborto más restrictivos del mundo.
Teodora le contó a BBC Mundo la historia de cómo su vida se torció en 2007, cuando tenía un hijo de cuatro años, al que peleaba por alimentar con su sueldo de empleada en una escuela, y esperaba al segundo.
Y también cómo su camino ahora acaba de enderezarse.