Cuando en Estados Unidos alguien habla de Amazon (Amazonas en español) probablemente piense en la empresa de comercio electrónico fundada por Jeff Bezos.
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También es posible que tenga en su mente a la Amazonia, la selva tropical más extensa del mundo localizada en América del Sur.
Pero ¿qué pasaría si se combinan ambos conceptos?
Eso es lo parecen haber hecho en Amazon al diseñar el nuevo «espacio de trabajo alternativo» que el lunes inauguraron en su sede en Seattle: un edificio conformado por tres grandes esferas de cristal en cuyo interior han creado una suerte de selva tropical.
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Las Esferas, como ha sido llamada la enorme edificación hecha de vidrio y metal, contienen más de 40.000 plantas de 400 especies distintas, la mayor parte de las cuales crecen en zonas tropicales y subtropicales.
También hay una higuera de 15 metros de alta y 16 toneladas de peso, que fue sembrada en 1969 en una granja de California y que ahora fue trasplantada a las oficinas de Amazon.
En el interior del edificio las luces están programadas para brindar 12 horas de sol y sombra cada día y la temperatura se asemeja a la de un bosque nuboso, aunque sin los altos niveles de humedad característicos de esos ecosistemas.
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La planificación, diseño y construcción de la obra —elaborada con 620 toneladas de acero y 2.643 paneles de vidrio— requirió seis años de trabajo.
Aunque la enorme estructura fue levantada en un terreno ubicado entre las dos torres de las oficinas centrales de Amazon en Seattle y es considerada como un espacio de trabajo alternativo, no dispone de oficinas cerradas, ni salas de conferencia ni mucho menos escritorios.
En cambio, en su interior se eleva hasta una altura de cuatro pisos una pared de plantas, así como una cascada y un «nido de pájaros».
Impulso creativo
Pese a lo curioso que puede parecer, la construcción de Las Esferas no obedece a una simple excentricidad de los directivos de Amazon y, en cambio, sí se relaciona con una estrategia para impulsar la productividad de su personal.
«Queríamos crear un ambiente único para que los empleados colaboraran e innovaran. También nos preguntamos qué faltaba en la oficina moderna y descubrimos que era el vínculo con la naturaleza«, dijo el vicepresidente de bienes raíces y edificaciones de Amazon, John Schoettler, al diario The Washington Post.
Recuperar ese nexo puede ser clave para mejorar la productividad de los trabajadores. Hay estudios que señalan que pasar tiempo en espacios naturales puede mejorar el desempeño en la resolución de problemas creativos en 50%.
Este inmenso jardín sería el mimo más reciente con el que la compañía que convirtió a Bezos en el hombre más rico del mundo intenta consentir a sus empleados actuales y futuros.
De la mesa de ping pong a la casa en el árbol
La diversificación de los lugares de esparcimiento dentro del centro de trabajo es una característica de las grandes empresas tecnológicas estadounidenses, que comenzaron colocando mesas de ping pong en sus oficinas y ofreciendo comida de chefs reconocidos en sus cafeterías.
En octubre de 2017, Microsoft inauguró tres casas de árbol, diseñadas por Pete Nelson, quien es el referente en EE.UU. para este tipo de construcciones que vende por un precio inicial de US$300.000 cada una.
Las casas de madera levantadas para la empresa fundada por Bill Gates disponen de salas de reuniones para los empleados, pero también bancas de madera y mecedoras, donde pueden sentarse o trabajar o a descansar.
En 2015, Facebook inauguró su nueva sede en Menlo Park diseñada por el reconocido arquitecto Frank Gehry. La edificación cuenta con un parque en la azotea de más de 4.000 metros cuadrados, en el que se incluyen cabañas para trabajar.
Por su parte, Apple estrenó en 2017 el Apple Park, mejor conocido como el «campus de nave espacial» por la forma redonda del edificio que se asemeja a un platillo volador. Está ubicado en un terreno de 70 hectáreas, plenas de áreas verdes en las que hay más de 7.000 árboles.
De igual modo, Google anunció en diciembre los planes para una nueva sede que construirá en Sunnyvale, California, y que dispondrá de unas caminerías inclinadas al aire libre que permitirían a los empleados desplazarse entre los cinco pisos que tendrá el edificio.
La oferta de vínculos con la naturaleza parece cotizar al alza en la competencia por captar y retener a los mejores empleados.
Por lo pronto, los de Amazon ya empezaron a disfrutar de su nuevo jardín, pero solo parcialmente pues para ello deben hacer reservaciones —dado que solo tiene capacidad para 1.000 personas a la vez— y ya esta semana no quedaban cupos disponibles hasta abril.
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