"Un bosque tropical en el fondo del mar".
PUBLICIDAD
Así es como el biólogo João Luiz Gasparini describe la cordillera sumergida en la costa del estado de Espíritu Santo, en el sureste de Brasil, que pronto podrá convertirse en una de las mayores reservas marinas del mundo.
Dueña de la mayor variedad de especies que viven en arrecifes de todas las islas brasileñas, la cadena está compuesta por unos 30 montes submarinos de origen volcánico que se extienden entre la ciudad de Victoria y la Isla de Trinidad, ubicada a 1.200 kilómetros del continente.
En una entrevista con BBC Brasil, el secretario de Biodiversidad del Ministerio del Medio Ambiente de Brasil, José Pedro de Oliveira Costa, dijo que en los próximos 45 días deberá entregar al presidente Michel Temer un decreto para la creación de una unidad de conservación de la cordillera y de otra reserva en el archipiélago San Pedro y San Pablo, más al norte.
"A partir de ahí, sólo depende del presidente", señaló.
Según Costa, la reserva en la cadena Victoria-Trinidad tendría cerca de 450.000 kilómetros cuadrados, área equivalente al tamaño de Suecia.
El estudio en el que se basó la propuesta dice que sería la mayor zona marina protegida del Atlántico.
PUBLICIDAD
El miércoles, el gobierno federal convocó consultas públicas para discutir la creación de las unidades de conservación.