Parece la trama de una película.
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Empieza con el nacimiento casi simultáneo de dos bebés en un hospital.
Por accidente, los niños acaban en familias que no son la suya y con perfiles drásticamente diferentes: una es una pareja hindú y la otra, musulmana.
¿El giro inesperado? Tras una larga batalla con las autoridades, los resultados de su ADN llegan dos años y nueve meses después y los menores se niegan a abandonar a los padres que los estuvieron criando.
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"Este bebé no es nuestro"
La historia se desarrolla en Assam, un estado en el noreste de la India.
Comenzó a las 6 de la mañana del 11 de marzo de 2015, cuando Shahabuddin Ahmed llevó a su mujer, Salma Parbin, al hospital.
Ahmed cuenta que su esposa dio a luz a un niño aproximadamente una hora después de llegar y, como no hubo ninguna complicación en el parto, fue dada de alta al día siguiente.
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"Una semana después, mi mujer me dijo ‘Este bebé no es nuestro’. Yo le respondí: ‘¿Qué estás diciendo? No deberías hablar así sobre un niño inocente’. Pero mi mujer dijo que había una mujer del grupo tribal bodo en la habitación donde parió: ‘Creo que nuestros bebés han sido cambiados’. No le creí, pero ella siguió insistiendo", cuenta a la BBC.
Salma Parbin dice que sospechaba desde el principio que Jonait no era su bebé.
"Cuando vi su rostro, tuve dudas. Recordé la cara de la otra mujer en la habitación donde di a luz y se le parecía (…) El bebé tenía ojos pequeños, nadie de mi familia tiene los ojos así", me explicó.