Cualquiera que siga la serie Game of Thrones ("Juego de tronos", en español) sabe que el clima en este mundo de fantasía es un verdadero caos.
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La duración de las estaciones es prácticamente impredecible -se prolongan por varios años- y la amenaza del crudo invierno siempre se cierne sobre sus personajes.
No está en discusión que se trata de un mundo de pura ficción, pero aún así ¿cómo justificar este peculiar sistema climático?
Un estudio científico en broma, pero llevado a cabo muy en serio por un paleoclimatólogo de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, encontró la causa.
Dan Lunt utilizó modelos climatológicos reales para simular las temperaturas en varias regiones del mundo de la saga, y descubrió que el clima está determinado por un extraño vuelco en la inclinación del eje del planeta que hace que un hemisferio esté permanentemente inclinado hacia el Sol, mientras que el otro siempre está inclinado hacia la dirección opuesta.