Es uno de los candidatos que madrugó a hacer campaña. Ha ido a escuchar a la gente a muchos barrios en la ciudad para promover sus ideas ¿Qué se ha encontrado en esos recorridos por los barrios de Barranquilla?
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He encontrado similitudes en los barranquilleros con los he hablado en los retos que tenemos hoy. Que son distintos a los retos que teníamos de hace cuatro años y de hace once, porque la ciudad ha avanzado. En todos los barrios de Barranquilla hay un aspecto que predomina y es la fe y la esperanza en avanzar y eso no tiene precio. Estamos orgullosos de la ciudad que tenemos y eso hace que las cosas sean más fáciles, que nos pongamos de acuerdo y que soñemos con seguir construyendo. Barranquilla es una ciudad que ha superado muchas de sus necesidades básicas, que ha reducido la pobreza de una manera drástica, que ha mejorado la equidad. Si le preguntamos a un barranquillero ¿Qué debemos mejorar en su barrio? Su respuesta es la tranquilidad. La gente quiere vivir mejor. Quiere caminar con el celular en la mano y la quincena en el bolsillo, sin preocuparse. Quieren conectarse mejor con sus vecinos y sentir que ese terruño es un buen vividero, que los conflictos se solucionan de una manera pacífica y eso es cultura ciudadana. La gente quiere conectarse, vivir mejor y eso me llena de orgullo porque veo una madurez social en el barranquillero. Cuando le preguntas ¿Qué quieres en tu hogar? me responden que desean que alguien de su casa tenga una mejor calidad de vida, mediante un mejor empleo o quien vive del rebusque poco a poco comience a hacer el tránsito a vivir más dignamente. Esos son los retos que los barranquilleros me han propuesto y estamos pensando en ellos.
¿Cómo espera continuar el programa de canalización de arroyos en Barranquilla?
La idea es seguir con el proceso de canalización de los arroyos. Este programa se ha venido trabajando durante una década en dos administraciones. Se canalizaron los arroyos más peligrosos que causaban mucho daño a las viviendas y a las personas, que son los arroyos más tradicionales y los hemos venido acabando. Hoy nos quedan como entre cuatro o cinco arroyos de esos que son los más visibles. Pero hay otros arroyos que no vemos, que son mucho más fáciles de arreglar y que no suman más de 150 mil millones de pesos en inversión. Son los arroyos del suroriente y suroccidente de la ciudad, que son las zonas que más necesitan de nuestra ayuda. Vamos a priorizarlos desde el principio, porque son los arroyos que pasan al lado de las comunidades, porque esos son que causan más estragos y esos sabemos que en los próximos cuatro años los vamos a poder solucionar. Además la gente se acostumbró a que un drenaje pluvial era un sitio de oscuridad donde se esconde el jíbaro, el criminal y a la comunidad le da miedo caminar en estos sectores. Cuando los canalicemos también los queremos convertir en espacios de vida, iluminados para que sean un complemento de la vida del barrio y no un espacio donde la gente le da miedo cruzar. Tenemos una deuda histórica con la ciudad que es construir el gran alcantarillado pluvial de Barranquilla y también estamos trabajando en eso.
¿De qué forma atenderá el tema del éxodo venezolano y su llegada a Barranquilla?
La migración venezolana es un tema complejo. Son ciudadanos que están llegando a la ciudad y que nos tendieron la mano cuando los colombianos fuimos también migrantes en el vecino país. Debemos tenderles la mano a nuestros vecinos. El conflicto se crea en los asentamientos irregulares de migrantes y nos encontramos con situaciones de miseria que uno no había visto en Barranquilla hace muchos años, que habíamos erradicado. Como ser humano me parte el corazón y nos preguntamos ¿Qué debemos hacer? Entendiendo que la solución no es regalar sino ayudar a la gente para que poco a poco pueda vivir por sus propios medios. Debemos erradicar los asentamientos irregulares en predios públicos y privados y hacer un tránsito a un sitio donde los ciudadanos venezolanos puedan llegar mientras consiguen trabajo y que luego puedan adquirir una vivienda estable. Venimos insistiendo al Gobierno para hacerlo. Queremos que se conviertan en miembros productivos de nuestra sociedad.
¿Se comprometerá para que Barranquilla siga siendo La Casa de la selección Colombia?
Eso no hay que ponerlo en duda. Barranquilla se ganó ser la Casa de la Selección por nuestro calor humano. Por eso muchos viajan para vivir esa experiencia. Nosotros tuvimos la fortuna de acoger a la Selección en un momento histórico y los recibimos como en su casa. Estamos construyendo en Barranquilla la Sede de la Selección Colombia y también para las divisiones menores de fútbol que será una obra fundamental para ayudar a los deportistas a que encuentren un futuro.