En los últimos días, un paro camionero en Colombia ha desencadenado una crisis en el abastecimiento de alimentos, provocando un aumento drástico en los precios y una escasez generalizada. Esta situación se ha vuelto particularmente crítica en Corabastos, la principal plaza de mercado de Bogotá, donde el suministro de mercancías ha disminuido drásticamente, afectando gravemente la oferta y los precios de los productos básicos.
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El paro, impulsado por el incremento en el precio del ACPM, ha llegado a su cuarto día de paralización y ha tenido un impacto severo en la cadena de suministro. Según informes de Corabastos, el volumen de mercancía recibido ha caído a menos de la mitad en comparación con días normales. Esta reducción en el flujo de productos ha causado que algunos alimentos vean un incremento en sus precios de hasta un 500%. Entre los productos más afectados se encuentran frutas y verduras, que han visto aumentos significativos en sus precios.
Por ejemplo, la cebolla ha registrado un aumento de un impresionante 567%, alcanzando un precio de $8.300 por kilogramo. El tomate, por su parte, se vende ahora a $3.300 por kilo, mientras que la zanahoria ha visto un incremento del 125%. Otros alimentos esenciales, como la papa criolla, el plátano, la piña, la maracuyá, la yuca y el limón, también han experimentado aumentos significativos en sus precios debido a la escasez de oferta.
La reducción en la llegada de mercancías es alarmante. Solo el miércoles pasado, Corabastos recibió 6.300 toneladas de productos, lo que representa menos de la mitad de la cantidad habitual en un día normal. Esta disminución en el suministro ha llevado a un aumento en los precios y ha exacerbado la crisis alimentaria en el país.
El impacto del paro camionero no se limita al sector alimenticio. La falta de transporte también está afectando a la industria de la carne. Según PorkColombia, la carne de cerdo podría comenzar a escasear en Bogotá debido a la imposibilidad de trasladar los animales a los mataderos, los cuales permanecen bloqueados o inaccesibles.
Además del impacto en el transporte terrestre, el paro también ha causado problemas en el sector aéreo. A pesar de los esfuerzos de la Aerocivil para flexibilizar las operaciones y aumentar la frecuencia de vuelos a las zonas más afectadas, la principal dificultad ahora es la escasez de combustible. Terpel, un distribuidor crucial de combustible para aviones, ha tenido problemas para abastecer a los aeropuertos de ciudades como Cartagena, Santa Marta, Cúcuta y Bucaramanga.
La escasez de combustible también está afectando a la vida diaria de los ciudadanos en varias regiones del país. Municipios en Cundinamarca, Boyacá, el Eje Cafetero y especialmente en Santander están sufriendo largas filas en las estaciones de servicio debido a la falta de gasolina, dejando a muchos ciudadanos sin la capacidad de desplazarse.