Este martes, 26 de septiembre, después de más de 3 años de la muerte de Ana María Castro se conoció el fallo del Tribunal Superior de Bogotá para Paul Naranjo Calvo y Juan Ortegón Mosquera como responsables del homicidio agravado de la joven, a quien lanzaron de un vehículo en movimiento sobre la calle 80 en Bogotá.
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“Por la ley resuelve modificar la parte resolutiva de primera instancia en el sentido del condenado Paul Staniey Naranjo Calvo y Juan Ortegón Mosquera por el delito de homicidio agravado a titulo de coautores. Segundo, imponer a los antes mencionados 400 meses de prisión. Tercero, confirmar en lo demás la sentencia condenatoria”, leyó el Magistrado Mario Cortés.
Eso quiere decir que deberán pagar una condena de 33 años de cárcel. Es importante aclarar que les fue retirado el delito de feminicidio, indicando que: “En el presente asunto, aun cuando está demostrado que Paul Naranjo y Ana María Castro sostuvieron una relación amorosa por espacio de 4 meses, no se acreditó que durante ese lapso el primero haya ejercido actos de dominación y sometimiento sobre la segunda”.
El Magistrado indicó que “en contra de esta decisión procede el recurso extraordinario de casación”.
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¿Qué pasó con Ana María Castro?
De acuerdo con la sentencia, los hechos se registraron el 4 de marzo de 2020, cuando Ana María Castro Romero, de 21 años de edad, después de estar en los establecimientos de comercio ubicados en la calle 116 con carrera 19 de Bogotá, en compañía de Paul Stanley Naranjo Calvo, Julián Valente Ortegón Mosquera y Mateo Reyes Gómez, entre otros, estuvo hasta la 1:30 de la madrugada, aproximadamente, del día siguiente, saliendo en alto grado de embriaguez con los antes mencionados en la camioneta Kia Sportage de placas FSP 598 conducida por el primero de ellos.
Tomaron por la calle 80 y a la altura de la carrera 69 Naranjo Calvo y Ortegón Mosquera, tras advertir que su acompañante se besó con Mateo Reyes Gómez, lo hicieron descender del vehículo y luego prosiguieron su camino, pero enseguida le propinaron a la dama fuerte golpe en el rostro que le hizo perder su capacidad de locomoción, de lo cual se aprovecharon, junto a su estado de embriaguez, para lanzarla del automotor, estando éste en movimiento, cuya caída violenta le ocasionó lesiones en el tórax y en la base del cráneo que le produjeron la muerte.