La desaparición de Tatiana Alejandra Hernández Díaz, una joven bogotana de 23 años, ha generado profunda consternación nacional. Tatiana, estudiante de medicina que realizaba su internado en el Hospital Naval de Bocagrande, fue vista por última vez la tarde del domingo 13 de abril, cuando salió a caminar hacia el mar en las cercanías de la Avenida Santander, frente a los espolones.
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Ese día, Tatiana compartió un momento con su madre, Lucy Díaz, quien había viajado desde Bogotá para pasar la Semana Santa junto a su hija. Luego de dejarla en la entrada del hospital y conversar por un rato, la madre no volvió a verla. Según relataron compañeros de Tatiana, cerca de las 4:00 p.m., la joven manifestó sentirse estresada y decidió salir a caminar. Un video grabado por un turista captó su última imagen: sentada sola, contemplando el mar.
Desde entonces, no se tiene rastro de ella. Guardacostas de la Armada, pescadores locales, el CTI de la Fiscalía y familiares han desplegado una intensa búsqueda tanto en el mar como en tierra. En redes sociales circula su imagen, y se han realizado actos simbólicos como una velatón en el Centro Histórico de Cartagena.
Este nuevo caso revive la inquietud nacional frente a desapariciones similares en la ciudad, como el de Natalia Buitrago, otra joven cuyo paradero sigue siendo un misterio. Su madre, Claribel, asegura que personas cercanas a Natalia —incluyendo su expareja— conocen la verdad. A pesar de las sospechas de homicidio o trata de personas, la falta de un cuerpo ha impedido avances judiciales.
También sigue sin resolverse la desaparición de Jhon Sebastián Martínez Guerrero, estudiante de Derecho de 23 años, desaparecido el 18 de noviembre de 2023 en Playa 5 de Bocagrande, mientras paseaba con compañeros universitarios de Funza (Cundinamarca). Según su familia, no hay pruebas de que se haya ahogado y critican la respuesta de las autoridades. Su madre insiste en que los salvavidas buscaron en una zona errada, lejos de donde el grupo se bañaba.

Las familias de Tatiana, Natalia y Jhon Sebastián mantienen viva la búsqueda y claman por justicia. Sus casos reflejan una preocupante falta de respuestas ante desapariciones en una ciudad turística como Cartagena, donde el mar se convierte, en ocasiones, en un escenario de incertidumbre y dolor.