Una violenta masacre tuvo lugar en el corregimiento de Caracolí, al sur de Valledupar, dejando a la comunidad conmocionada y reviviendo viejos temores de épocas de violencia. Cuatro personas fueron asesinadas en lo que parece ser un ataque directo y premeditado. Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados en una vivienda de madera, y las imágenes y videos que circulan en redes sociales muestran a familiares y amigos lamentando la trágica pérdida.
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Los testigos del suceso relatan que dos hombres armados llegaron en motocicleta al lugar. Uno de ellos descendió de la moto y entró a la vivienda, disparando sin previo aviso a quienes se encontraban allí. Entre las víctimas, una mujer intentó huir, pero fue alcanzada y asesinada junto con los otros hombres, con tiros de gracia en la cabeza, en el interior de la casa. Los agresores ejecutaron a sus víctimas con disparos en la cabeza, asegurándose de que murieran instantáneamente.
Las autoridades acudieron rápidamente al sitio para investigar lo ocurrido. Se espera que la Gobernación del Cesar ofrezca una recompensa por información que conduzca a la captura y judicialización de los responsables.
Las víctimas fueron identificadas como Luis Miguel Támara Castillo, Jaison Javier Aragón, de 22 años; Jader Pertuz, de 25 años; y Yulibeth Morillo López, quien tenía antecedentes judiciales. Todos fallecieron de manera inmediata a causa de los disparos en la cabeza. Las imágenes que circulan muestran a una de las víctimas tendida en el suelo, mientras un hombre cercano a la escena gritaba desesperadamente que los asesinos habían sido malinformados sobre las razones de estos homicidios. “Los malinformaron, gonorreas (sic). Los malinformaron, hijueputas (sic). Sin palabras”, gritaba un sujeto en un video.
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El secretario de Gobierno del Cesar, Eduardo Esquivel, declaró que los móviles y autores de la masacre son aún materia de investigación. Entre las principales hipótesis que manejan las autoridades está la de un ajuste de cuentas relacionado con el microtráfico. Jorge Pérez, secretario de gobierno de Valledupar, mencionó que en la zona donde ocurrió el crimen opera el Clan del Golfo y que las víctimas podrían haber estado vinculadas a la comercialización de estupefacientes.
El consejo extraordinario de seguridad que se llevará a cabo en las próximas horas evaluará medidas para dar con los responsables del crimen, incluyendo la posible oferta de una recompensa.
Este ataque ha reabierto viejas heridas en Caracolí, una comunidad que aún recuerda con dolor los enfrentamientos entre guerrilla y paramilitares que dejaron a la población civil en medio del conflicto. Aunque los tiempos han cambiado, la región sigue siendo un campo de batalla, ahora entre bandas locales y reductos del Clan del Golfo, quienes luchan por el control del microtráfico y el dominio territorial en este corredor estratégico.
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La comunidad de Caracolí se encuentra sumida en el miedo, mientras espera que las autoridades logren dar con los responsables y frenen la creciente violencia que amenaza con revivir los oscuros días de la guerra en la región.
