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¿Qué es el ‘Plebiscito para la paz’ en Colombia?

El registrador Nacional del Estado Civil, Juan Carlos Galindo, explica qué es un plebiscito y cómo se podría aplicar al proceso de paz que actualmente se lleva con las FARC.

Esta entrevista de Juan Carlos Galindo fue ofrecida a PUBLIMETRO teniendo en cuenta un eventual escenario de aprobarse el ‘Plebiscito por la paz’ entre el Gobierno Nacional de Colombia y Las FARC.

¿Qué es el plebiscito?

Está bajo el estudio de constitucionalidad en la Corte Constitucional, ellos deben pronunciarse sobre la exequibilidad o no del texto para que se convierta en una ley de la república.

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Sería una ley estatutaria, que para entrar en vigor debe ser aprobada por la Corte y después vendría la sanción presidencial y la promulgación de la misma.

Es un mecanismo de participación ciudadana, por medio del cual la ciudadanía se va a pronunciar sobre una pregunta que eventualmente haría el presidente de la República.

¿Por qué el nombre?

El legislador decidió a darle el nombre de ‘Plebiscito para la paz’, sin embargo desde el punto de vista académico, es una consulta popular, porque no se está sometiendo al pueblo una decisión jurídica para aprobar, sino una circunstancia fáctica sobre si está de acuerdo o no con la firma del tratado de paz.

¿Ya hubo plebiscitos en Colombia?

En el año 1957 hubo un proceso electoral en el cual se sometió ante la ciudadanía si quería asumir como constitución política de Colombia la propuesta en 1886, con sus reformas; en especial darle derechos políticos a la mujer y establecer el Frente Nacional.

La junta militar convocó a los ciudadanos para consultar si quería que se adoptaran estos cambios o no. La respuesta fue mayoritariamente apoyando el ‘Sí’, se tuvieron más o menos 2 millones 400 mil votos aprobando y 40 mil no aprobando.

Eso, más que un plebiscito, se asemeja a un referendo, porque era aprobar un texto constitucional que regiría la vida de los colombianos.

¿El umbral?

En la ley de participación ciudadana número 134 de 1994, con la reforma del 2015, se habla de un umbral de participación, para que esta consulta sea válida y viable debería tenerse más del 50% del censo electoral, sin importar cual fuera el resultado por el ‘sí’ o por el ‘no’ (Aproximadamente el censo electoral de Colombia es de 35 millones de ciudadanos, tendrían que participar más o menos 17 millones 500 mil).

Hay otra exigencia para este proyecto de ley estatutaria de plebiscito para la paz, se cambió el umbral de participación a un umbral de aprobación. Se habla de que para que gane el ‘sí’ debe estar apoyado por el 13% (aproximadamente 4 millones 500 mil votos) del censo electoral, si hay menos de ese porcentaje no se aprueba el plebiscito, no es válido ni viable, así se presente el caso de que el ‘sí’ le gane en votos al ‘no’.

¿Quiénes podrían participar?

Se debería trabajar con el censo electoral existente en el momento de la posible consulta.

Los escenarios:

1. Si hay menos del 13% por el ‘si’ o por el ‘no’, no hay plebiscito y no hay ganador de la consulta, no sería viable.

2. Si hay 13% o más de votos por el ‘sí’ y menos de esa cantidad por el ‘no’, es viable y ganaría la aprobación.

3. Si hay 13% o más por el ‘sí’, pero mayor cantidad de porcentaje por el ‘no’, el plebiscito es viable y el ganador sería el no’.

¿El papel de la Registraduría Nacional del Estado Civil?

Si se firma el acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC, y si la Corte Constitucional declara exequible el mecanismo de participación ciudadana especial, en ese momento el gobierno tendría la posibilidad de convocar el plebiscito, solo en ese instante entraría en operación la Registraduría.

Se tendría que poner en marcha un proceso electoral tipo presidencial; nacional, con el potencial de votos del total del censo electoral, con el número puestos de votación, de mesas y jurados acorde a una elección nacional (más o menos 11 mil puestos de votación y cerca de 100 mil mesas).

¿El dinero?

Si esto llegará a suceder, la Registraduría Nacional debe acudir al Ministerio de Hacienda y Crédito Público, para solicitar los recursos necesarios para citar al proceso electoral, ya que 2016 no es un año electoral y por no tener ese presupuesto en el presente periodo (Entre 360 y 380 mil millones de pesos).

¿Tiempo de convocatoria a las urnas?

Todo se tendría que manejar desde que se haga la entrega total del dinero, ya que los tiempos del montaje dependen de esto. Si nos dieran el dinero en plazos o ‘a cuenta gotas’ no es viable. En el momento que se desembolsara todo el dinero para este fin, la Registradora tiene de 65 a 75 días calendario para toda la preparación.

¿Tiempo de los resultados?

Todo el proceso sería igual al de las elecciones de presidente; primero se haría un preconteo que reflejaría los datos preliminares, no oficiales. Luego entrarían en actividad las comisiones escrutadoras que tendrían la responsabilidad de constatar los resultados y dar los números exactos.

¿Garantías?

Lo que puede garantizar la Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia es que si se dan todas las condiciones: firma del acuerdo de paz, aprobación de la Corte Constitucional a la exequibilidad de la norma, si el presidente convoca al plebiscito y si contamos con todos los recursos necesarios para llevar a cabo el proceso con todas sus necesidades, el proceso saldría perfecto.

Ariel Ávila, experto en temas de paz

¿Va a prosperar el plebiscito?

El gobierno le apostó a la refrendación de los acuerdos de paz con dos mecanismos; el plebiscito para una votación y respaldo popular y la comisión legislativa para la paz con el fin de volver leyes los acuerdos de paz de La Habana. Las FARC le siguen apostando a un único mecanismo de refrendación, que sería una Asamblea Nacional Constituyente, sobre esas opciones no hay acuerdo en la mesa de negociaciones.

¿Cómo ve la opción del plebiscito?

Al cambiarse el umbral y modificarse los tiempos de campaña, para algunos puede ser inconstitucional en la medida que se hizo para una única consulta popular o como si se hubiera legislado en causa propia, para otros se cumplió de manera rigurosa el proceso legislativo y se confía en esto debido a que la Corte Constitucional puede pronunciarse de forma y no de fondo sobre la consulta.

Lo único cierto es que la Corte aún no se ha pronunciado, habrá que esperar. A mí no me gusta la fórmula del plebiscito, Colombia sería el único país en el cual a la gente se le pregunta si la gente quiere o no quiere la paz, es una postura ridícula, pero esa es la promesa e idea del presidente Santos, habrá que esperar qué pasa.

¿Hay otro mecanismo o un ‘plan B’ si no pasa el plebiscito?

La consulta popular no vinculante es un mecanismo que existe y ahí sí se pueden preguntar posiciones y saber puntos a favor y en contra, pero todo eso está en el escenario de las posibilidades. Habría que esperar cuál sería otra estrategia del Gobierno, pero sí hay más mecanismos para que se pueda llevar a cabo la refrendación sin que sea plebiscito.

¿Hay pedagogía suficiente para la gente en un posible plebiscito?

Pedagogía no ha habido hasta ahora, no se ha dado la información necesaria del Gobierno, no hay una estrategia clara de cara a los ciudadanos y por eso la gente no sabe qué se está negociando, se piensa que en la mesa de La Habana se hablan cosas que realmente no están en la agenda.

¿Se puede hablar de campañas por el ‘sí’ y por el ‘no’?

La campaña publicitaria por el ‘sí’ y el ‘no’ es un pedazo de la misma pedagogía, pero esto no se resuelve con cuñas radiales, anuncios en televisión o en los medios escritos. Hay que explicar la jurisdicción especial para la paz, hay que tener gestores de paz a lo largo y ancho del país para que repliquen lo que de verdad necesitan saber los colombianos de este acuerdo.

Hay que diferenciar la campaña de la pedagogía.

¿Ve viable que el resultado sea un ‘sí’?

Si lo que está sucediendo en La Habana sale tan bien como se está pensando, a los partidos les va a quedar muy difícil a los partidos plantear una campaña del ‘no’. Va a tener un costo político muy grande estar en el lado del ‘no’, esto se refleja en que el Centro Democrático votó junto con el Gobierno Nacional sobre las zonas de concentración y la ley de orden público en el Congreso y esto fue unánime.

Campañas van a hacerse, eso está reglamentado y van a tener las condiciones de dinero, espacio en los medios, todo con las garantías normales de un proceso de participación ciudadana.

Para explicarle a la gente ¿Qué hace falta llegar a refrendar los acuerdos?

Si se firma la paz y la Corte Constitucional aprueba la viabilidad del plebiscito, el Gobierno va a llamar a la refrendación al otro día de que esto suceda y habrá tres meses de campaña. Así que, según lo que se ha hablado de plazos, entre julio y agosto se estaría llevando adelante la votación.

La Corte se puede pronunciar un día, pero el Gobierno no puede convocar a nada sin tener la firma.

En medio de esos tres meses las FARC se van a estar concentrando y en su campaña, porque así está planeado en la mesa de conversación. El cronograma de plazos del plebiscito no es el cronograma de plazos de La Habana.

¿El tema de los recursos?

El Ministerio de Hacienda tiene que desembolsar la plata, como en cualquier elección.

Sin ser un año electoral, ¿De dónde?

El Ministerio tendrá que sacarlos, debe ser de los proyectos que recorte, de algunos reajustes, de algún lado saldrá, el gobierno no va a poner en juego el futuro del proceso de paz por dinero.

Es como cuando hay elecciones atípicas por alguna irregularidad o necesidad, de algún lado sale la financiación de estos procesos.

¿Hay limitaciones para que llegue a buen término el proceso de paz?

La mayor limitación es la pedagogía, que no se ha hecho nada por eso.

Considero que el proceso hasta ahora ha sido muy ‘barato’; Las FARC piden zonas de reserva campesina y eso está en la ley 160 de 1994, comisiones especiales de paz y está en la constitución de 1991. El 90% de lo que se está hablando en el proceso de paz es que se cumpla la ley. Lo de la jurisdicción especial para la paz no está hasta ahora.

Pero eso es lo que yo leo en los acuerdos, diferente si uno sale y le pregunta a la gente y muchos afirman que Santos le está entregando el país a las FARC, la percepción en la calle está muy lejana de la realidad. Y eso solo se soluciona con buena pedagogía.

¿La abstención es un riesgo para que no se aprueben los acuerdos?

En Colombia hay una abstención histórica de cerca del 50%, entonces lograr umbrales altos es limitar la participación política.

Sí es un riesgo, pero el umbral se bajó, así que llegar a esos cuatro millones y medio de votos (el 13% del umbral necesario) se va a lograr. Lo que pasa es que ganar con el ‘sí’ por dos o tres millones de diferencia va a ser muy complicado.

Si fuera un umbral más alto sería muy complicado, ahí estaríamos ‘ladrándole a la luna’ porque no se puede pensar en algo así.

En caso de aprobarse el plebiscito, con un umbral bajo ¿Puede traer consecuencias hacia el futuro con las personas que no están de acuerdo o la oposición al Gobierno Santos?

Si el proceso de la paz en La Habana llega al final con una firma de los acuerdos, como parece que va a pasar, teniendo el tema del cese bilateral, los mecanismos de verificación internacional, más otros avances y respaldos, va a ser muy difícil que algún partido político abiertamente promueva el ‘no’, porque le puede costar mucho a nivel político.

Yo digo, hoy en día, que salir a estar en contra del proceso de paz es un suicidio político, pero no sé en un tiempo más largo. Si hay atentados, si hay rectificaciones, si hay cambios, podría pasar cualquier cosa y ahí todo el mundo se montaría en el bus del ‘no’.

¿La mala imagen del presidente puede afectar en una votación negativa para el plebiscito?

Hay crisis económica, el país realmente está muy mal de plata. Los precios del petróleo cayeron y el 40% del presupuesto de Colombia de pende de eso, yo estaba en contra de la venta de Isagen pero el presidente no tenía otra opción.

Esa imagen del presidente es porque el tema económico está muy complejo, pero la paz ahí va.

¿Qué opina usted de la consulta?

Para mí, no debería haber esta consulta, que se le pregunte a la gente si quiere la paz o no la quiere no debería existir eso. El mejor respaldo al proceso de paz fue la victoria de Juan Manuel Santos en las elecciones de 2014, por eso me parece una aberración hacer un plebiscito para la paz.

Me parece mucho más aberrante que pueda haber gente que vaya a votar por el ‘no’.

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