Bogotá

Estudio revela que los jóvenes bogotanos no saben hablar

A propósito del día del idioma, la Universidad de la Sabana dio a conocer un estudio sobre cómo hablan los jóvenes capitalinos. Al noviazgo le dicen “cuento” y se refieren al novio como “mi perro”. Al lunes le dicen “lun-pereza”, al profesor “viejito o mamerto”, y a la fiesta “farra” o “party”.

Al hacer un recorrido por las principales universidades públicas y privadas de Bogotá y entrevistar a 160 estudiantes universitarios, hombres y mujeres con edades entre los 16 y 25 años, Mariano Lozano, profesor de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas, descubrió cuál es la jerga juvenil que caracteriza el lenguaje de los adolescentes en la ciudad.

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Palabras cómo visaje, chimba, boleta, petardo, pan, pirobo, marica, guevón, gonorrea, bluegenear, líchigo, tinieblo, fufurufa, machuque, desparche y buscona, entre otras, son expresiones y exclamaciones muy recurrentes de los jóvenes, según el estudio.

“Oírlos hablar resulta interesante y entretenido, pero su habla dista mucho del buen decir y del significado exacto de la expresión comunicativa”, señala.

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Su vocabulario está lleno de recursos lingüísticos con el que juegan en su cotidianidad sin importar el uso o abuso que hacen de las palabras que, en algunos casos, son groseras e insultantes. “Voces que para ellos no tienen esa carga semántica para los adultos son vulgares de acuerdo con el doble sentido que les dan y su verdadero significado en el diccionario”, dice Lozano.

Según el estudio, los jóvenes no tienen cuidado para el uso de su lenguaje; no se preocupan por el lugar, el dónde, ni el cuándo ni con quién; lo usan indistintamente, ante los menores y los mayores. Con las palabras se rebelan contra las normas del buen uso de la lengua. Con su léxico demuestran que tienen una jerga pobre y limitada en recursos lingüísticos. Como no leen –explica Lozano– tienen pésimo vocabulario.

“Es increíble el mal uso que hacen de la lengua, el recortamiento que le hacen a las palabras, los extranjerismos que utilizan y la informalidad de su lenguaje. Usan palabras groseras e insultantes que resultan cariñosas, todo vale y todo para ellos tiene algún sentido”, dice.

Su jerga, agrega el experto, “refleja lo que reciben en la televisión, la música, la tecnología y sus relaciones sociales y familiares”. Entre las palabras que suelen utilizar y que ya hacen parte del diccionario, se destacan tenaz, chévere, ventiado, chimba, pana y parce.

Con el tiempo han establecido nuevos léxicos, por ejemplo para referirse al  noviazgo dicen cuento o se refieren a su compañero sentimental como “mi perro”; llaman a la universidad como “el coco”, al lunes le dicen “lun-pereza”, al profesor “viejito o mamerto”; a la fiesta “farra” o “party”.

Por clases sociales hay diferencias marcadas en su lenguaje; los estudiantes de estrato alto utilizan muchos extranjerismos porque tienen la oportunidad de salir del país, a comparación de otros jóvenes de escasos recursos. Las mujeres, en algunos casos, suelen ser más groseras y vulgares en sus conversaciones entre ellas, que los propios hombres.

Algunas palabras del lenguaje juvenil para tener en cuenta 

–       Chimba (o): bueno o bonito pero también lo contrario, de poco valor.

–       Marica: amigo, compañero.

–       Parce: amigo.

–       Gonorrea: extraordinario.

–       Chichipato: falso o tacaño.

–       Rumbiarse: besarse.

–       Intenso: insoportable.

–       Showsero: que llama la atención

–       Guisa: persona que viste mal.

–       Violinista: tercera persona en una relación

       Achantado: triste.

–       Birra: cerveza.

–       Grilla: mujer fácil.

–       Chirry: gamín.

–       Güevón: amigo.

–       Pato: tonto.

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