Cali

“Todos necesitamos algo en qué creer”: Alexander Giraldo, director caleño de ‘Destinos’

El realizador caleño, recordado por su primera película, ‘180 Segundos’, llega de nuevo a las salas de cine con un filme tan sencillo como profundo. Entrevista a 24 cuadros por segundos.

EL DIRECTOR
EN DETALLE

¿Por qué hay que ir a ver ‘Destinos’?

No quisiera que fueran solo por apoyar al cine colombiano, sino porque creo que la película propone un estado de experiencia cinematográfica. La gente puede sentirse identificada y salir muy contenta por ver esas vidas, que se pueden parecer a las suyas o a las de alguien que conocen. Además, hay una gran propuesta estética desde lo fotográfico, el diseño sonoro, la música es bellísima, hecha por Alejandro Ramírez Rojo. Y hay unas actuaciones muy honestas y creo que eso vale la pena verlo.

¿Cuáles son esos referentes estéticos y narrativos que tiene ‘Destinos’?

Definitivamente, la película está hecha con un look muy distinto a ‘180 Segundos’, que es una película más cinéfila, con referencias visuales y en la trama a otras películas. Con muchos guiños. ‘Destinos’ en cambio basa su fuerza en el tema. Hay un grupo de cineastas a los que acudí durante este proceso, como Krzysztof Kieslowski, el director polaco de la trilogía de colores. También Michelangelo Antonioni, que hizo películas pequeñas sobre la cotidianidad de las personas, y los hermanos Dardenne, que de alguna forma ‘Destinos’ tiene un naturalismo similar al de ellos. Y ya más cercanos, soy un enamorado del cine de Guillermo Arriaga y Alejandro González Iñárritu.

Esta es la historia de la vida de cinco personajes que luchan por encontrar la felicidad. O por lo menos a intentarlo, porqué no. Al final, de eso se trata la vida: un constante devenir de tristezas y felicidades, de pequeñas derrotas y triunfos efímeros.

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Quizá por eso se llama ‘Destinos’ el segundo filme del director caleño Alexander Giraldo, quien inmediatamente después de estrenar su ópera prima, ‘180 Segundos’, se embarcó en la aventura de grabar una película pequeña, hecha con un puñado de buenos amigos y poco presupuesto, que relatara la cotidianidad misma de lo que significa ganarse la vida en Colombia. Y en medio de ello, buscar la felicidad.

El resultado de lo que se filmó en enero del 2013, tres años y ocho meses después, llega este fin de semana a las salas de cine de todo el país. Una película íntima, cercana, de actuaciones contundentes y de gran factura, sin mayores pretensiones que la de contar su propia historia.

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PUBLIMETRO dialogó con el Director de ‘Destinos’, quien habló sobre la importancia de contar historias cercanas a la humanidad, sobre por qué la película tuvo que ser rodada en Bogotá y por qué es que vale la pena insistir en el cine.

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Alex, ¿de qué se trata ‘Destinos’?

En síntesis, es la historia de cinco personas que no se conocen entre sí pero les pasa lo mismo, y es que son infelices. Pero también les pasa que los cinco tienen la actitud de tratar de darle vuelta a esa infelicidad. Primero, ellos culpan de la infelicidad al pasado y a las decisiones mal tomadas, tal vez, a los caminos que no recorrieron. Pero en la película lo que se ve es el intento de esas personas en darle la vuelta a su vida y acabar con esa infelicidad. Y entonces en esto se cruzan sus historias.

¿Quiénes son estos cinco personajes?

La película la protagonizan Manuel Sarmiento, quien es ‘el Piña’, un boxeador ya en decadencia que ha decidido retomar entrenamientos a ver si puede hacer lo que no pudo cuando era joven; Angélica Blandón, quien es Laura, una violinista que tiene una pérdida emocional terrible, que destruye su vida, y ella lo que decide es cambiar su vida. Lo que vemos es su transformación.

Alejandro Aguilar es Luis, un obrero que vive para su mamá, que está enferma de Alzheimer, y el sueño del man es ser árbitro. Pita en los partidos del barrio, pero su sueño es ser árbitro de fútbol profesional. Andrés Torres es Jesús, que trabaja como barrendero de una empresa de aseo de la ciudad y el man tiene una novia que está esperando un hijo suyo. Él es un dibujante increíble y lo único que quiere es una bicicleta.

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El quinto personaje lo interpreta Diego Ramírez Hoyos. Su personaje se llama Diego y es un señor que acaba de salir de la cárcel después de pasar 30 años en ella, condenado por asesinato y robo, y quiere volver al barrio, volver a arrancar y encontrar una cara conocida. Un amigo que le dé la mano.

Suena como a una película donde es muy importante contar lo pequeño. Es decir, suenan a dramas muy humanos, como a esa búsqueda personal que todos tenemos de la felicidad…

Sí, ‘Destinos’ es como una oda a la vida simple. A la cotidianidad. Pero la cotidianidad del que va a pie, del que se parece a vos y a mí, que somos la mayoría. No buscaba una historia extraordinaria; no buscaba que a los personajes le pasara cosas increíbles, sino que se pareciera a lo que le pasa a uno todos los días.

Yo sentía, Heinar, que uno va en un bus, y uno va ensimismado. Pero lo que no sabés es que el que va al lado tuyo, o el de adelante, son iguales a vos y pueden tener el mismo problema. Sobre ese imaginario es que la película se plantea.

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Lo otro es que los personajes son obreros. Son personas que tienen que levantarse todos los días a trabajar y ganársela trabajando duro, como la mayoría en este país, ¿sí me entendés? Me llama mucho la atención eso. Yo siento que quien ve la película se puede sentir totalmente identificado con la vida simple, con la cotidianidad.

Sumado a eso es que todos tenemos sueños. Pero no todos los cumplimos. La pregunta es: ¿a dónde van los sueños que no se cumplen? Y sobre todo, de las personas que lo que hacen es sobrevivir todos los días. ¿Cómo vuelve a empezar alguien que lo tiene todo en contra?

¿Qué esperás que le quede a la gente cuando vea la película?

A mí me encantaría que la gente se sienta identificada con esa reflexión que yo propongo. Y que sintieran que hay más gente parecida a ellos, que los problemas les pasan a todos. La película son cinco historias paralelas, y los personajes cuando se cruzan lo hacen de manera indirecta. Esa es la red que proponen las sociedades.

La apuesta de la película es un drama coral, que representa un reto para el público, que está acostumbrado a otro tipo de películas del cine colombiano, con la comedia y los thrillers. Acá hay una propuesta diferente.

Sé que la película fue rodada en Bogotá. ¿Qué tanto hay de Cali en ella?

La historia es escrita pensando en Cali. Pero por temas presupuestales no se pudo rodar en la ciudad. Llegó incluso un momento en que o no se hacía, o se hacía en Bogotá, bajo unos criterios de ultra bajo costo. Nos quedaba difícil traer algunos equipos y algunos miembros del rodaje. Entonces tocó tomar la decisión. Pero la película es pensada e inspirada en personajes de Cali. Para mí es muy importante seguir haciendo cine en Cali. Es clave para mí como realizador. De hecho, vos ves la película y sentís un aire caleño. El espíritu de los personajes se puede asociar a lo que significa ser caleño.

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